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miércoles, 29 de enero de 2014

EL CAMBIO CLIMÁTICO CREARÁ NUEVAS FORMAS DE VIDA EN LA TIERRA.


El cambio climático creará nuevas formas de vida en la Tierra
Foto: Flickr.com/DigaoSPBR/cc-by

A causa del cambio climático la Tierra podría perder hasta el 30 % de las especies de animales y plantas, dado que los organismos vivos no aciertan a adaptarse a las nuevas condiciones de existencia.

Al mismo tiempo, aseguran los científicos, podrían surgir nuevos ecosistemas.
El calentamiento global, la desertización y las pérdidas del agua causadas por el cambio climático en nuestro planeta son las principales causas de la reducción de la diversidad biológica en la Tierra. Los resultados de los estudios recientes revelan que en la costa de EEUU, donde los cambios de temperatura son especialmente evidentes, la población de salmones se ha reducido en decenas. Los arrecifes de coral podrían llegar a desaparecer en los próximos años: las altas temperaturas de aire los privan de las sustancias nutritivas, causando de esta forma su decoloración y su posterior muerte. La reducción de las precipitaciones y el aumento de la duración de las temporadas cálidas en Australia ponen al borde de la extinción a muchas especies de marsupiales, canguros incluidos. Un clima más seco y menos predecible en África subsahariana ha reducido considerablemente el hábitat de los elefantes.
En un futuro no demasiado lejano el cambio climático puede hacer desaparecer a muchos elementos del paisaje. Así, ha empezado a destruirse el sistema de las praderas alpinas que están siendo sustituidas de forma vertiginosa por los bosques. Los ásteres alpinos y la especie conocida como carex nigra son incapaces de sobrevivir a la sombra de los árboles. Por esta razón, las plantas de las praderas que llevaban siglos en la zona con el paso del tiempo quedarían únicamente en espacios muy reducidos.
Los científicos han descubierto que las especies más fuertes han emigrado a los polos para conservar de esta forma el hábitat necesario, explica el catedrático de la Academia de agricultura Timiriázev de Moscú, el biólogo Serguéi Kruchina:
–En la provincia de Moscú han aparecido especies de insectos y algunas plagas de plantas características para las zonas sureñas. Se puede decir que ciertos animales y plantas que necesitan el calor para vivir se están instalando más al norte. Cualquier propietario de una casa rural de la zona central de Rusia sabe que si planta uvas o algunos frutales originarios del sur, recogerá cosechas sin problema alguno.
Los estudios recientes han revelado que el cambio climático es especialmente marcado en las latitudes altas. Se han reducido el hielo y las zonas cubiertas por nieve en invierno. Todo ello afecta a quienes habitan las zonas nórdicas, cuenta el coordinador de los proyectos del Fondo Mundial para la Naturaleza que se proponen preservar la biodiversidad del Ártico, Mijaíl Stishov:
–Los primeros damnificados son las morsas y los osos polares. Estos últimos, por ejemplo, suelen cazar sobre hielo que ahora no es especialmente grueso y en verano la situación se vuelve crítica. Tienen que cazar roedores o atacar a pájaros. Como consecuencia, acuden con más frecuencia a los poblados, lo que aumenta el número de enfrentamientos entre osos y humanos y sus víctimas, por supuesto. Con las morsas ocurre algo muy parecido. Es otra especie de caza sobre hielo y también se ven obligados a salir a la costa.
El aumento de las temperaturas no solo afecta al grosor del hielo en el Ártico. De acuerdo con las últimas investigaciones, el calentamiento global a la larga hará que incluso los depredadores más grandes reduzcan su tamaño. Ya ocurrió una vez, hace unos cincuenta y cinco millones de años. Fue el período de subida de temperaturas más significativo desde la desaparición de los dinosaurios. La razón, opinan los científicos, podría radicar en la falta de alimento, dado que con un alto nivel de dióxido de carbono las plantas son menos nutritivas.
Los estudios recienten revelan que el actual cambio climático se operará con una velocidad dos o tres veces más alta. De modo que los animales y las plantas, para sobrevivir, deberían cambiar a un ritmo muy elevado y, por lo tanto, es posible que aparezcan nuevas combinaciones de especies y comunidades que formarán ecosistemas nunca vistos.
FUENTE: La voz de Rusia, Svetlana Kalmikova, 29/ 01/ 2014


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