Vistas a la página totales

domingo, 7 de abril de 2013

INICIATIVA CUBANA PARA ENFRENTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO.

Imagen activa

Los Palacios es un territorio célebre por sus arrozales, pero su productividad es afectada por la sequía y la degradación de los suelos, dos de los efectos más visibles del cambio climático en Cuba.

Como Los Palacios, Güira de Melena y Jimagüayú son municipios cubanos cuya rica tradición agropecuaria también sufre las consecuencias del impacto negativo medioambiental.

La erosión costera (inundaciones e intrusión salina), la degradación de suelos (erosión y acidificación) y la sequía, son algunos de los factores que limitan actualmente la producción nacional de alimentos básicos.

Con el objetivo de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura frente a los embates del cambio climático, especialistas cubanos y extranjeros elaboraron un proyecto enfocado en reducir la vulnerabilidad y fomentar el desarrollo local.

Basal (Bases ambientales para la sostenibilidad alimentaria local), es liderado por la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio cubano de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y será implementado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

El proyecto 

Esta iniciativa apoya la adaptación al cambio climático y favorecerá el desarrollo socio-económico continuado y sostenible local, en Cuba.

"El proyecto será aplicado mediante acciones piloto en tres municipios del país, seleccionados por sus diferentes características climáticas y de producción agrícola y ganadera", declaró a Prensa Latina Roberto Pérez, director de Basal.

El especialista explicó que dichas acciones beneficiarán a los actores locales relacionados con la producción de alimentos y servirán para mostrar la eficiencia de las tareas preventivas.

A través de ellas también obtendremos información, de parte de los científicos y de los productores que tienen la experiencia, para trazar políticas de planeamiento especializadas, refirió.

"Durante cuatro años implementaremos el proyecto en Los Palacios, Güira de Melena y Jimaguayú, y tras la experiencia, propondremos una metodología para involucrar al resto de los territorios del país", precisó.

Enmarcado en las estrategias de desarrollo sostenible de Cuba, Basal pretende crear capacidades locales para evaluar y tomar medidas que minimicen la amenaza ambiental.

La actividad agropecuaria en este país está directamente afectada por el cambio climático, en particular por los intervalos de sequías y lluvias extremas, el aumento de la temperatura mínima del aire, y una mayor incidencia de plagas y enfermedades.

La agricultura cubana también sufre con el aumento del nivel del mar, que ha salinizado las aguas subterráneas y el suelo, además de inundar algunas zonas costeras.

En un taller sobre el proyecto, celebrado recientemente en La Habana, especialistas extranjeros reconocieron los beneficios de Basal para incrementar la producción agrícola, uno de los retos del proceso de actualización económica que vive esta nación caribeña.

Bárbara Pesce-Monteiro, representante del PNUD en Cuba, valoró el impacto del proyecto en la productividad del país y por ende en su seguridad alimentaria, con la posibilidad de trasladar la experiencia a otras naciones.

A su vez, Regula Babler, directora residente de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, destacó que Basal apuesta por las soluciones locales para mejorar las condiciones de vida en cada territorio.

Anne Sophie Houee, agregada de la delegación de la Unión Europea (UE) en Cuba, consideró que esta iniciativa podría ser emblemática para la isla y señaló su elevado nivel científico y la capacidad de sus actores.

Por su parte, Herman Portocarero, embajador de la Delegación de la UE en Cuba, destacó la prioridad que otorga la Isla al incremento de su producción agrícola.

Portocarero aseguró a Prensa Latina que Basal constituye el primer proyecto de cooperación bilateral entre ambas partes, "es una colaboración recíproca, todos aprendemos y compartimos experiencias", acotó.

El proyecto promueve las medidas de adaptación a las nuevas amenazas y capacita a los actores claves en la agricultura, tanto para la planificación como para la toma de decisiones.

Pretende llegar a otros 30 municipios cubanos, con el uso de herramientas de planeamiento especializadas, y la adopción de prácticas sostenibles de manejo de suelos y agua y de gestión agropecuaria, entre otras iniciativas.

FUENTE: Prensa Latina, 7/ 04/ 2013

No hay comentarios.:

Publicar un comentario